15 d’ag. 2017

La visita del Papa - E. Jardiel Poncela


(En acte de desgreuge per l'escrit de fa uns dies sense la més mínima referència al món de l'humor)

Enrique Jardiel Poncela va publicar la primera edició de "La tournée de Dios" el 1945. La va publicar a l'Argentina, suposo que perquè a Espanya, a causa de les males puces de l'Església, els falangistes i els militars, llavors era impossible publicar un llibre com aquest. (1)

No m'he llegit tot el llibre, només l'he fullejat, perquè em costa llegir novel.les, encara que siguin humorístiques com aquesta. Però fullejar-la m'ha agradat.

El llibre l'encapçala aquesta dedicatòria: "A Dios, que me es muy simpático". I com a resum de l'argument pot servir aquesta "nota de premsa" de la pàgina 31:

"El corresponsal de la Agencia Reuter, en Roma, comunica que (...) la noche pasada ha ocurrido en la Ciudad del Vaticano un hecho verdaderamente increíble. Cuando Su Santidad el Papa atravesaba la galería que da al patio de San Dámaso para dirigirse a sus habitaciones, tuvo una aparición sobrenatural en la Persona del Supremo Hacedor. Según brevísima declaración del Sumo Pontífice, Dios ha tomado forma corpórea para anunciarle su visita a la Tierra en fecha muy próxima. El Papa, que durante el milagroso trance permaneció en éxtasis sufríó después un intenso ataque de nervios a consecuencia de fuerte impresión recibida."

Més endavant es succeeixen les descripcions dels diferents moments de la visita de Déu, com aquesta de la pàgina 231:

"Un gran silencio envuelve el gentío, y en medio de este silencio funeral las portezuelas se abren. Alguien se quita unas vestiduras blancas y las extiende en el suelo. Y Dios, tranquilamente, con la sencillez suprema que pone en todos sus actos, apoya un pie en el estribo, el otro en la vestidura blanca y desciende.

"Su gesto, exento de afectación, gana de nuevo todos los corazones y se repiten las aclamaciones y los vítores, contestados con brío a lo largo del andén.

"Esta vez no puede evitarse que Dios sea rodeado, tocado, abrazado, apretujado, acariciado. Desaparece en el tumulto para volver a aparecer más lejos y desaparecer de nuevo y surgir de nuevo más allá. Se le besan los pies y las manos, se le hacen súplicas y rogativas. Se le arrancan pedazos del traje para conservarlos como reliquias. El pueblo, con su instinto certero, le da el tratamiento que Él desea: "Señor y de tú", como en el Padrenuestro.

"-Señor, acuérdate de mis hijos...
-Señor, mi marido se muere...
-Señor, estoy en un apuro que...
-Señor...
-Señor, escucha...
-Óyeme a mí, Señor...
-¡A mi...!
-¡A mí!
-¡A mí!
-¡A mí!
-¡A mí! ¡A mí! ¡A mí! ¡A mí! ¡A mi! ¡A mí! ¡A mí!"
(...)
Nunca, Dios se ha sentido más ídolo."

Però les eufòries i les exaltacions de les masses sovint són efímetres, i el final de la visita de Déu a la Terra no és gens glamurós:

"Ya Dios está sólo.
Aún vaga por Madrid una horas.
Aún toma café, sentado a la puerta de algún bar.
Pero se aburre.
Y decide marcharse.
(...)
Y, en efecto, al día siguiente, a las 8,45, Dios subió al tren en la estación de Atocha.
Ocupó un vagón solitario.
(...)
El tren empezó a rodar.
La mañana era azul y alegre."

Segons els experts Enrique Jardiel Poncela va ser un bon autor teatral i un no tan bon novel.lista. Jo no puc opinar, perquè tal com he dit no sóc lector de novel.les, ni tampoc sóc espectador de teatre, les meves aficions són unes altres. Però de tota manera he passat una bona estona fullejant la novel.la (i escrivint això).

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(1) La imatge del principi també és del llibre (p. 266); és un altre dels elements distintius de la novel.la, la incorporació d'alguns elements gràfics com aquest.